LA CUESTIÓN ECONÓMICA Y LAS RUTAS

El argumento económico fue nombrado por primera vez por el Alcalde en su primer correo cuando decía eso de “la penosa situación de España”.

Y muchos tienden a resignarse ante ese argumento que podemos simplificar así: hay crisis luego es razonable que nos quiten tres rutas. Y eso a pesar de la queja de que no recortan en todo por igual ni para todos por igual.

Pero desde la situación de España hasta las rutas del instituto hay un salto mortal, que se puede dar en siete saltos asequibles.

Primer salto. No es España quien recorta nuestras rutas sino, en todo caso, sería Madrid, de cuyos Presupuestos Generales dependen nuestras rutas.

Segundo salto. Pero tampoco son los Presupuestos Generales de Madrid porque han aumentado un 1,90 %, lo que, descontada la inflación, da un presupuesto ligeramente expansivo, que no obliga a recortar nada, que permite mantenerlo todo, incluso aumentar algo de algo. (Anexo)

De hecho se han aumentado muchas partidas. Por ejemplo, la partida destinada a la Alta Dirección y su Gobierno ha aumentado un 14,50%. Así que, si los altos dirigentes de Madrid no se resienten de la situación de España y no renuncian a engrosar sus grupos de asesores -como se puede comprobar viendo en el BOCM las plazas de libre designación que convocan día sí y día también- entonces podemos pensar que no es tan grave la situación, al menos de Madrid.

Tercer salto. Incluso el presupuesto de la Consejería de Educación ha aumentado un 1,30%, así que es ligeramente restrictivo (0,2%, descontando la inflación). Nos podrían pedir, entonces, que contribuyéramos con un recorte del 0,2% en el transporte de nuestros hijos, es decir suprimiendo 0,012 rutas. Sin embargo nos quitan 3, es decir el 50%. ¡Sus y a ellos, Villanueva salva a España de la crisis!

Cuarto salto. Sin embargo, la partida 503, en la que se incluye el transporte escolar, sí la han recortado un 6,81%. A los alumnos, y a sus padres y madres, sí se les hace compadecer la crisis, pero no lo hace España (España se duele pero ama a sus hijos y no se comporta como una muy mala madrastra) sino quienes han decidido ese recorte: el Gobierno de Madrid, el mismo que se sube un 14,50% los gastos de sí mismo.

Claro que no podemos retraer los Presupuestos Generales de Madrid, que fueron ya aprobados por la Asamblea de Madrid (cuando ya se estaba en plena crisis).

Quinto salto. No sabemos, de momento, si la Consejería de Educación ha marcado a cada Área el número o el porcentaje de rutas que tiene que suprimir o les ha pedido que contribuyan al recorte según puedan. Así que no podemos saber, aún, si el Área Oeste está contribuyendo poco o mucho o lo que le viene marcado.

Sexto salto. Todavía así, la Dirección del Área puede suprimir ésta o aquélla ruta, cumpliendo el mandato de origen presupuestario y aplicando la Orden correspondiente.
Séptimo salto. Es el Director del Área quien ha decidido recortar nuestras rutas. Lo que sí sabemos es que se recortan porque lo quiere el señor Macías.

Pero también sabemos que las rutas al instituto no deben estar en este recorte. Y no deben ser recortadas porque son necesarias.

Son necesarias dado que ya produjeron este mismo debate en el municipio en cuanto se supo que el Alcalde (y Concejal de Urbanismo) decidió ubicar tan lejos el instituto. Debate muy necesario.
Son necesarias, dado que el Alcalde, entendiendo su necesidad, prometió que habría transporte escolar. Promesa muy necesaria.
Son necesarias dado que el Gobierno municipal, entendiendo su necesidad, las costeó durante dos años. Gasto muy necesario.
Son necesarias dado que la DAT, entendiendo su necesidad, aceptó costearlas, y hasta ahora. Gasto muy necesario.

Y ahora son necesarias por todo lo anterior y porque muchos padres y madres eligen el instituto. Ahora, atropellados ya por el anuncio de la supresión, empiezan a pensar con dolor que, a pesar de la calidad educativa del instituto, no les llevarán allí si no hay transporte.

Y esto sí que es seguro que conmueve las conciencias de las autoridades. Son firmes y fervorosos promotores de centros privados para que advenga la libre elección de centro por parte de los padres.

Así que, para que los padres puedan seguir eligiendo, se sentirán movidos y no tendrán más remedio que transportar el instituto hasta el casco urbano, o hacer un trueque con otro edificio escolar que esté en el casco urbano, o pedirle a algún centro escolar -que casualmente no tenga ese problema- que contribuya al gasto para que también los padres del instituto puedan seguir eligiéndolo..., o mantener las rutas.

Y sabemos que el Director del Área puede, cumpliendo con los Presupuestos y con la Orden, conservarlas. Es su responsabilidad hacerlo.

Este argumento económico está también enturbiando otro asunto. El de las cuatro rutas doblando dos viajes.

Conviene recordar que es una mala solución también a los ojos de quien la propuso: el Director del instituto. Su única argumentación posible es la económica, que ya se ve que no obliga tanto. Quienes la dicen o la aceptan, sólo lo hacen por el argumento económico. No se escuchan más razones.

Es una mala solución para un instituto que está lejos. El mismo Director, que la propuso como mal menor ante la orden que recibió de elegir qué rutas recortaba, no la defendía sino que intentaba disminuir un mal que le llegaba de pronto y con prisas. El Director no pide ni defiende esa solución. No se le nombre en vano.

Conviene recordar que el Director del Área, de todas maneras, no la aceptó. Los hechos, en este momento, siguen siendo así: El Director del Área va a recortar tres rutas. A menos que los padres y las madres lo impidan.

Piense quien quiera cómo se distribuirían los alumnos, quiénes podrían subir en el primer turno a lo largo de todo el recorrido de las dos rutas, y quiénes no. Piense quién, una vez dejados allí por el autobús, cuidaría de los alumnos durante el tiempo que estarían solos, de noche en invierno, hasta la llegada de los demás autobuses.

Piense si es aceptable que los alumnos vayan en un autobús con prisas porque tiene media hora para hacer dos viajes en momento de tránsito laboral, con prisas para que suban y bajen 50 adolescentes, y vuelta a correr para que suban y bajen con prisas otros 50 adolescentes.

Piense quién les cuidaría a la salida; y si impacientes algunos decidieren no esperar, quién estaría allí para controlar que no regresaren por el camino o por la carretera, o tras del quitamiedos de la misma, que pasa sobre un puente sin paso de peatones.

No hay tráfico de estupefacientes en el entorno del instituto, según informe que dio en su momento la Guardia Civil al director del instituto. Porque los alumnos llegan y se meten al instituto, salen y se suben al autobús, y así no hay situación que atraiga a los pequeños traficantes que merodean en la villa. Esa es la seguridad que queremos.

Este AMPTA no quiere riesgos en el tiempo en que nuestros hijos están bajo custodia del instituto o “in itínere” al instituto; alerta una vez más a las autoridades de que si lo que nunca pasa, un día pasare, no habrá explicación posible para los alumnos desgraciadamente afectados ni para sus padres.

Este AMPTA aprovecha cada ocasión para recordar que si pasa algo previsible, y este AMPTA fuere luego llamada a expresarse, diría todo lo que ha hecho para informar a los padres y a las madres, para darles oportunidad de hacer algo por la protección de sus hijos, para informar a los vecinos de Villanueva pues potencialmente les afecta a todos, y para reunir argumentos con que convencer a las autoridades implicadas.

Este AMPTA mostraría además todos los documentos que acumula, para que se supiere que todas las autoridades fueron advertidas de los riesgos. Tales documentos son, de momento: los documentos internos de las reuniones semanales que mantienen representantes de APAs, documentos de las APAs de los centros, de los Consejos escolares, de los Claustros, documentos de información a los padres y las madres, repartidos a los mismos, los documentos de las asambleas celebradas de padres y madres, los carteles y pegatinas con que se está informando a los vecinos de la villa, la solicitud hecha a la Delegación del Gobierno de Madrid, y algunos otros, de los que dispone.

La situación sigue siendo: El Director del Área quiere suprimir tres rutas al instituto. Pero este AMPTA tiene hijos a quienes proteger y a quienes dar ejemplo de cómo en España se trata con dignidad a las personas, especialmente a sus hijos.

Y una vez más: el Director del Área puede -nadie ni nada se lo impide- y cumpliendo con los Presupuestos y con la Orden, conservarlas. Es su responsabilidad.
El documento completo se puede bajar en el siguiente enlace, argumento económico.

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